Afortunadamente, de manera gradual, las personas van tomando conciencia de la importancia que la alimentación tiene en nuestra salud y bienestar.
En el siglo V a.C, Hipócrates sentenciaba: “que tu alimento sea tu medicamento”.
Dentro de la Medicina Tradicional China, pueden rastrearse sus teorías hasta el 2300 a.C aproximadamente, ya estaba contemplada la dietoterapia y existen tratados completos de cómo la alimentación puede ser utilizada como terapia para curación de ciertas enfermedades.
El proceso de envejecimiento implica un cambio progresivo natural, tanto físico como psíquico.
Las necesidades nutricionales cambian y el gasto energético es menor.
Si bien las demandas de ciertos nutrientes aumentan. Todo esto puede comprometer el estado nutricional de la persona mayor.
Consejos:
- Consumir cantidades más pequeñas que se digieran mejor, pero más veces al día.
- Evitar los alimentos muy calóricos que tengan poco valor nutricional como los dulces, porque esto quita el apetito y no satisface las necesidades nutricionales.
- Disminuir la ingesta de sal y aumentar el consumo de verduras ricas en fibra y antioxidantes .
- Estar atentos a la ingesta de líquidos, ya que a veces disminuye la sensación de sed y aparece la deshidratación. El consumo de un litro de agua al día es suficiente si se consumen frutas y verduras todos los días.