La piel es el órgano de mayor extensión del organismo, es también un órgano depurativo, e intenta evacuar lo que no puede ser eliminado por el riñón o el intestino.
Por su rápida y continua renovación celular, requiere aporte y consumo de gran cantidad de nutrientes, y la carencia de éstos nutrientes es notable de manera evidente.
Los síntomas de mala función dérmica se manifiestan en especial por acúmulo de adiposidad y celulitis.
En la medicina oriental, a la piel se la define como un órgano al cual denominan el Triple Calentador. Son síntomas de su malfunción la sensación de calor en la cabeza y de frío en las extremidades.
Como estamos viendo en otros órganos, si bien es importante corregir las causas que generan los problemas (exceso de toxinas, carencia de nutrientes), contemporáneamente debemos estimular el drenaje.
Muchas veces el propio organismo se basta a sí mismo y haciendo uso de su fuerza vital, genera procesos de hipertermia (fiebre) que evacúan gran cantidad de toxinas a través de la sudoración. No está demás insistir en la importancia de favorecer estos procesos y no reprimirlos.
La nutrición tiene mucho que ver con el estado de la piel y hasta puede afirmarse que la piel es su directo reflejo. Ya citamos la voracidad de nutrientes que genera la intensa renovación de este órgano y su gran exposición a los agentes agresivos.
Resultan benéficas todas las frutas y verduras, en especial alcaucil, zanahoria, pepino, palta . Además hay muchos alimentos claves por el aporte de sustancias vitales para la correcta regeneración celular de la piel. Nos referimos, entre otros, a: girasol, maní, sésamo, porotos (especialmente los blancos), polen de abejas, ácidos grasos esenciales, trigo sarraceno, mijo, azúcar mascabo, levadura de cerveza, etc.
Enemigos directos de la piel son los productos lácteos en general, los productos refinados de todo tipo (sal, aceites, harinas, margarinas) y los productos cárnicos de cría industrial. Para comprobar esto basta con experimentar unas semanas, eliminando éstos de la dieta e intensificando el consumo de aquellos. Tras pocos días y superada alguna que otra crisis depurativa, comenzará a advertirse el cambio profundo y genuino en la epidermis.
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